martes, 23 de marzo de 2010

Zodíaco Intelectual

Zodíaco Intelectual

En los dos lados de la eclíptica, es decir, el sendero del Sol, hay un número
de estrellas fijas que forman doce grupos o constelaciones que se conocen con el
nombre de "signos del Zodíaco", no porque se parezcan a los animales que se
supone representan, sino porque sus influencias se han desenvuelto, o mejor dicho
aún, están enzarzadas en exteriorizar las principales características animales
del hombre incorporadas en el símbolo animal. La arrogancia fanfarrona, la energía
y el coraje que viene de Marte no puede estar mejor simbolizada que por el
carnero; ni tampoco la pacífica, pero prodigiosa fortaleza y la tozuda persistencia
que llega desde las jerarquías divinas que actúan sobre nosotros desde la constelación
de Tauro no puede estar mejor descrita que por el simbólico "Toro". Las
características de los otros signos deben interpretarse en los mismos términos,
pues "el Zodiaco es la matriz del sistema solar", y alguna vez cuando nosotros
y las miríadas de otros seres que se hallan ahora evolucionando en nuestro sistema
solar hayamos aprendido todas las lecciones de esta fase de existencia,
"también nosotros formaremos un Zodíaco" y llevaremos a cabo trabajos semejantes
para otros, como los que las doce Grandes Jerarquías creadoras están
haciendo ahora por nosotros.
Estas doce constelaciones se llaman Zodíaco "natural" y permanecen
siempre en la misma posición relativa, o por lo menos su cambio es tan insignificante
que han transcurrido varios siglos sin un cambio apreciable en su posición.
De aquí que podamos usar la misma Tabla de Casas toda nuestra vida, pero nos
es preciso poseer unas efemérides de los lugares de los planetas para cada año.
Todos los años sobre el día 21 de marzo el Sol abandona el hemisferio del
Sur, cruza el Ecuador celestial y penetra en los grados de latitud Norte donde
permanece durante el verano. Pero obedeciendo a un movimiento vibratorio de los
polos de la Tierra, llamado por los astrónomos "nudación," el Sol cruza el Ecuador
celeste un poco después (precede) que lo hizo el año anterior y como el día y la
noche son de igual duración en el punto donde el Sol cruza el referido Ecuador, o
sea, el equinoccio, este cruce precedente se llama "la precesión de los equinoccios”.
Si no hubiera tal precesión de los equinoccios el Sol penetraría siempre en
la "constelación" de Aries en el equinoccio vernal, pero debido a este movimiento
de retroceso de un grado cada setenta y dos años aproximadamente, el equinoccio
de primavera ocurre en el primer grado de Piscis 2.150 años después o cosa
así. Después de un período de tiempo semejante el Sol retrocede hacia el primer
grado de Acuario y así sucesivamente cruzando todo el círculo de los doce signos
en 25.868 años aproximadamente. Cuando el Sol estaba en Tauro, el signo del
"Toro" en el equinoccio vernal, los egipcios de la antigüedad adoraron el sagrado
"Buey Apis" y sus sacerdotes llevaron el "Uraeus", o símbolo de la serpiente, que
corresponde a Escorpión, el signo de la serpiente opuesto a Tauro, para indicar la
posesión de la sabiduría esotérica.
Cuando el Sol pasó a Aries por precesión, vino la idolatría al "pueblo elegido"
y empezó este a adorar al "Toro" o becerro de oro; abandonando, por consiguiente,
"Egipto" y llevando su fe hacia el "cordero" o "carnero" que entonces fue
sacrificado. Pero en armonía con el símbolo esotérico de Libra, la "balanza de la
justicia" que es el opuesto a Aries, volverá otra vez como juez.
En el año 498 de la Era Cristiana el Sol estaba en el primer grado de Aries
al pasar el equinoccio y en los 1.418 años que han transcurrido desde entonces ha
retrocedido diecinueve grados y cuarenta y dos minutos, así que en el año 1916 el
Sol cruzó el Ecuador a los 10 grados 18 minutos de Piscis y en el año 2.658 estará
en la cúspide de Acuario.
Durante los 2.000 años que han transcurrido desde que el equinoccio entró
dentro de la órbita de Piscis, los peces, los ritos religiosos requirieron que los
hombres se ungieran a sí mismos con las "aguas de Piscis" a la puerta de la iglesia,
siendo realizado el servicio por un sacerdote que se tocaba la cabeza con una
prenda parecida a la "cabeza de un pez" y se les mandaba que se abstuvieran de
comer carne en épocas determinadas, pidiéndoles que "comieran pescado en su
lugar". También se les enseñaba que "adorasen a una virgen inmaculada por
Virgo es el signo opuesto al de Piscis", y esta adoración continuará, aunque en
grado decreciente hasta que el ideal nuevo encarnado en el signo Acuario y su
opuesto, el signo de Leo, haya superado a la cristiandad ortodoxa como ha ocurrido
con las religiones anteriores a la actual.
Desde la mitad del siglo pasado la influencia acuaria, enfocada en el equinoccio,
se ha dejado sentir debido a que la órbita del Sol es tan grande que toca la
cúspide de Acuario, y como consecuencia tenemos un despertar del pensamiento
sin precedentes y un cúmulo de inventos ni siquiera soñados previamente ni aún
como remotas probabilidades. Pero a medida que pasen los años, el Sol equinoccial
iluminará nuestras mentes de tal manera que justificará el que nuestros nietos
hablen de esta época como una "edad media" y cuando en el año 2.658, la entrada
del Sol en el signo Acuario nos ponga en el medio de una época nueva, los
hombres de aquel entonces estarán justificados para pensar de la "edad de Piscis"
de una manera equivalente de lo que nosotros pensamos de la época anterior
a Cristo.
Vemos pues, que hay un "Zodíaco natural" compuesto de los grupos de
estrellas estacionarias, Aries, Tauro, etc., y un Zodíaco invariable, que comienza
en el punto equinoccial, no importa en la constelación que ocurra, y que los primeros
treinta grados desde tal punto se llaman Aries, los treinta inmediatos
Tauro y así sucesivamente, y esto es lo que astronómicamente se conoce
con el nombre de "Zodíaco Intelectual".
Esto puede parecer una división arbitraria, pero es una materia de observación
la de que aunque el equinoccio por el momento presente pasa por los diez
grados de Piscis, las manifestaciones primaverales señaladas para cuando el Sol
se halla en Aries comienzan inmediatamente después del equinoccio. Existe, no
obstante, una fusión de Aries y Piscis que es la razón de que ocurran ciertos cambios
evolucionarios. Con referencia a este punto remitimos al lector a las páginas
18 y siguientes.

Zodíaco natural:
Véase "Zodíaco Intelectual”.

***
del libro "Astrología Científica Simplificada", de Max Heindel

No hay comentarios:

Publicar un comentario