CAPÍTULO VI
LOS ASPECTOS
El círculo del Zodíaco, al igual que otro cualquier círculo, es divisible en 360
grados. Dentro de este círculo las esferas celestiales se mueven ordenada pero
distintamente, como se deja dicho en el capítulo I. Por lo tanto, los planetas que se
mueven lentamente son alcanzados, pasados y vueltos a adelantar por los más
veloces. Cuando un planeta se halla un cierto número de grados separado de otro
planeta, se dice que está en aspecto. Éstos aspectos son los que siguen:
Tendremos, pues, que el aspecto llamado de conjunción, como su mismo
nombre lo indica, se verifica cuando dos planetas se hallan juntos en un sentido
perpendicular. El de oposición, cuando se hallan a una distancia de 180 grados; la
cuadratura, o sea, la cuarta parte del círculo, cuando se encuentran a 90 grados, o
a 270 grados, contados por la parte más lejana, y que esto indica que faltan 90
grados para encontrarse. El sextil, o sea, la sexta parte, cuando se hallan separados
por 60 grados o 300, contados como en el caso anterior. El trino, cuando los
separa a dos planetas 120 grados o 240, que indica que si continuamos nuestra
cuenta, nos faltan 120 grados para juntarse y el paralelo, que es cuando dos planetas
se hallan en el mismo grado de declinación, bien sea al Norte o al Sur del
Ecuador Celestial.
De los aspectos mencionados arriba, la Oposición y la Cuadratura están
considerados como malos, mientras que la Conjunción y el Paralelo están clasificados
como indeterminados. Si ocurren entre los planetas llamados buenos, traen
buenos resultados, y viceversa, al ocurrir entre los planetas de mala característica,
producen resultados adversos. Un horóscopo se considera afortunado o todo lo
contrario, con arreglo al mayor número de trinos y sextiles en comparación con las
cuadraturas y las oposiciones.
Semejante punto de vista es equivocado. En el Reino del Padre no hay nada
malo. Todo en el Universo trabaja y se afana hacia el bien y hacia el progreso,
aunque aparentemente, a nuestra limitada inteligencia, aparezca de otro modo, y
lo que aparece así es solo bien en formación. Cuando un lapidario o picapedrero
está trabajando y cortando una piedra preciosa, aplica un lado después de otro a
la piedra de esmeril, y a cada contacto, podemos sentir un doloroso quejido, como
si la piedra pudiese sufrir dolor. Gradualmente, sin embargo, y como resultado del
proceso del esmerilado y pulido, la piedra adquiere una bellísima y refulgente claridad,
con numerosas facetas capaces de recibir, reflejar y refractar la brillante luz
del Sol.
La misma operación se produce con nosotros por el sufrimiento que las malas
configuraciones y aspectos nos reportan.
Dios y sus ministros, los Siete Espíritus Planetarios, son los picapedreros y
el hombre es un diamante en bruto. Para pulir y descubrir su naturaleza espiritual,
son necesarias experiencias variadas. Ellas pueden ser placenteras o de otro modo,
pero puede asegurarse que las experiencias adversas, que nos traen los llamados
malos aspectos, son factores poderosos en el desenvolvimiento de nuestra
fibra espiritual desprendiéndonos de mucho de nuestro egoísmo, sirviendo para
hacernos más tolerantes y simpáticos, de igual modo que el duro esmeril sirve para
remover la capa rústica del diamante.
Aunque un horóscopo lleno de cuadraturas y oposiciones pueda indicar lo
que ordinariamente se entiende como una "vida dura”, es infinitamente preferible,
desde un punto de vista espiritual, a otro horóscopo con buenos aspectos solamente,
pues en este caso, el resultado será una existencia insípida, mientras que
el anterior, el "malo”, dará acción y eficacia a la vida en una u otra dirección.
Además, como las estrellas no compelen, sino que indican las tendencias
solamente, es potestativo de nuestra personalidad para transmutar el mal presente
en bien futuro. De este modo trabajaremos con los astros y los regiremos por la
obediencia a la ley cósmica.
La influencia de un aspecto entre los planetas al nacer se siente aunque no
se hallen exactamente 60, 90, 120 ó 180 grados separados, y se admite lo que se
llama una órbita de 6 grados.
En la carta adjunta Saturno y Júpiter están dentro de la órbita el uno del otro
porque uno está en 1 grado y el otro en los 7 grados de Aries. Saturno, al estar en
el primer grado de Aries, está también en órbita con Marte en los 3 grados y con
Mercurio en los 5 grados, pero no lo está con el Sol, la Luna y Venus, pues hay
más de 6 grados del 1º en que está Saturno, a los 9, 12 y 14 grados respectivamente
ocupados por el Sol, la Luna y Venus.
La razón espiritual para esta órbita es como sigue. Además del cuerpo físico
que nosotros vemos, por nuestros sentidos de la visión, el hombre tiene también
vehículos invisibles, llamados por Pablo cuerpos espirituales, y el hombre en
sí mismo es un espíritu.
Cuando nosotros hayamos desarrollado la facultad de visión espiritual que
se halla latente en todos los hombres, veremos estos sutiles cuerpos proyectándose
alrededor del cuerpo físico, el cual está colocado en el centro de su aura, al
igual que la yema de un huevo se halla colocada en el centro, rodeada por la clara
en todas direcciones.
Antes de que los cuerpos de dos personas se pongan en contacto físico sus
auras se confunden, lo cual es la razón del por qué nosotros "sentimos algunas
veces la presencia de otro”, antes de que nos demos cuenta de ello por medio
de nuestros sentidos ordinarios.
"Como es abajo, así es arriba”. El hombre está hecho a imagen de Dios y
de sus ministros, los ángeles estelares. Cada planeta tiene un mundo invisible que
se extiende en el espacio más allá de la esfera densa visible por el ojo. Cuando
estas auras planetarias se confunden (llamado aspecto en astrología) se deja sentir
o, preferiblemente, se manifiesta una influencia, aunque los planetas en cuestión
estén aún separados por más de 6 grados, que es la distancia observada a la
que comienza a sentirse la influencia de los aspectos, o bien hayan pasado esta
órbita de 6 grados para que la influencia de ese aspecto cese.
Con objeto de determinar a simple vista el aspecto que cada planeta tiene con otro
en el horóscopo, cuando se hallan dentro de la órbita, anotamos a continuación la
división de los signos zodiacales: VER EN PAGINA 59
Los planetas en signos cardinales están en conjunción, cuadratura u oposición
si están dentro de órbita; los planetas en signos Fijos están también en conjunción,
cuadratura u oposición si se hallan dentro de órbita y lo mismo pasa con
los planetas que están en signos Comunes. Una mirada al horóscopo nos revelará
cuál de los tres aspectos es el que forman entre sí los planetas.
Los planetas en signos de fuego están en conjunción o trino si se hallan
dentro de órbita y los planetas en signos de tierra están en trino o conjunción, y lo
mismo los planetas en signos de aire o agua, como está indicado en el diagrama
anterior.
***
del libro "Astrología Científica Simplificada", de Max Heindel
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