jueves, 25 de marzo de 2010

Astrología horaria

Astrología horaria

La ciencia de juzgar el modo en que ha de manifestarse una materia determinada
por una figura u horóscopo levantado para la hora de lo que se pregunta o
interesa. La filosofía es que la influencia estelar que impele a una persona a mostrarse
tan vehemente para formular la pregunta contiene también la respuesta. Por
consiguiente, si la persona que desea saber es un astrólogo, levanta un horóscopo
del tiempo en que por primera vez pensó consultar a las estrellas.
Si un individuo que no puede hacer un horóscopo interroga personalmente
a un astrólogo, este lo levanta del día en que la petición le es formulada, y de llegar
esta por correo, el horóscopo se hará en el momento en que lea la carta, pues
si el horóscopo se determina erróneamente en cuanto al tiempo, el juicio es
seguro que será falso. Acontece algunas veces que el asunto objeto de consulta
no ha alcanzado el estado de consumación necesario para su determinación, y no
es posible dar una contestación definitiva. Por lo tanto, lo primero que hay que
hacer después de emitida la figura, es ver si es "radical" y si puede ser juzgada.
Si el primero o segundo grado de un signo cualquiera asciende, o si uno de
los tres últimos grados de cualquier signo está saliendo, o si la Luna está en los
tres últimos grados de un signo, sin curso definido, no es prudente sentar juicio, y
el interpelante deberá aguardar un tiempo más favorable para formular de nuevo
su pregunta.
Colocado Saturno en el Ascendente o en la casa primera, obstaculiza siempre
el asunto, y si está situado en la séptima casa fallará el juicio del astrólogo.
Sin ninguno de estos inconvenientes que nos perturben, la figura puede ser
juzgada por el siguiente método:
El Señor del Ascendente, planeta en la primera casa, si los hubiera, y la Luna,
representan al interpelante. Determínese a continuación por qué casa está
gobernado el asunto preguntado y considérese si el Señor de aquella casa está
aspectado favorablemente con el Señor Ascendente, los planetas de la primera
casa y la Luna. Si ocurre así se llegará a una conclusión favorable a la materia en
cuestión, mas si estos significativos factores tienen un aspecto de cuadratura u
oposición, todo quedará reducido a la nada.
De presentarse a nosotros alguien con una proposición, al determinar una
figura para ayudar a formaros una idea de lo que es conveniente hacer, es imprescindible
recordar que Él es el primordial factor en el asunto y que por consiguiente,
la Luna, el Ascendente y la primera casa, son sus significadores mientras
que nosotros estamos representados por la casa séptima y su Señor. No
importa que nosotros hagamos la pregunta, la proposición que investigamos es
suya y el olvido de esta prevención ha sido un bloque contra el que se han estrellado
muchos que formularon un juicio equivocado a causa de esta falla de precaución.
Lo que las casas significan, puede brevemente detallarse así:

Primera casa. — Asuntos de naturaleza personal e íntima.

Segunda casa. — Beneficios en finanzas.

Tercera casa. — Materias concernientes a hermanos y hermanas, pequeños
viajes.

Cuarta casa. — Fincas urbanas y rústicas, patrimonios y traslados.

Quinta casa. — Descendencia, mensajeros y periódicos.

Sexta casa. — Servidumbres y enfermedades.

Séptima casa. — Matrimonios, sociedades y pleitos.

Octava casa. — Herencias.

Novena casa. — Viajes, estado mental y capacidad.

Décima casa. — Posición social.

Undécima casa. — Amigos, esperanzas y deseos.

Duodécima casa. — Enemigos, molestias y aflicciones.

Los planetas cuyo aspecto es favorable a nuestros significadores, muestran
el origen de dónde puede esperarse una ayuda para satisfacer nuestro deseo, y
los que afligen nuestras estrellas indican los obstáculos, y barajando estos augurios
es posible saber qué podemos esperar y la manera de proceder. Estudiemos
cuidadosamente estas reglas presentándoles toda nuestra atención, y de este
modo sabremos contestar todas las preguntas que se nos formulen.
Puede también utilizarse la Astrología horaria para seleccionar el tiempo
más favorable para emprender cualquier importante asunto, pues el punto de partida
de una empresa es su nacimiento y las influencias que en aquel instante prevalgan
serán poderosos determinantes del éxito o del fracaso. Se dice que el Astrónomo
Real que colocó la primera piedra del Observatorio de Greenwich siguió
este método, y ha tenido ciertamente un feliz éxito y progreso esta institución.
Seleccionar así un tiempo para cualquier empresa se llama "hacer una
elección”.

***

del libro "Astrología Científica Simplificada", de Max Heindel

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