jueves, 25 de marzo de 2010

Dignificado

Dignificado

Se dice de un planeta que está dignificado, o que está "esencialmente
dignificado", o que "regenta" cuando está en ciertos signos que concuerdan con
él en naturaleza, pues entonces el poder del planeta y el del signo se compensan
o se mezclan.
La influencia del planeta se fortalece de esta manera. Por el contrario, se
dice de un planeta que está en detrimento cuando el signo en que está es opuesto
al que gobierna o rige, ya que entonces la naturaleza del signo y la del planeta son
incompatibles y antagónicas dando por resultado que la influencia del planeta se
debilita.
La tabla que aparece en la página 61 muestra la regencia de los planetas
sobre los distintos signos y su estudio facilitará el sistema subyacente y la filosofía.
El Sol es el centro de nuestro sistema solar, el que da la vida y el calor, y la
Luna es, por lo que a la Tierra se refiere, el colector y el reflector de sus rayos vitalizadores.
El rayo solar adquiere su máxima intensidad al medio del verano, cuando
el Sol está en Cáncer y Leo, durante junio y julio, y así, Leo, el león, siendo un
signo masculino, de la naturaleza de "fuego" se encuentra de acuerdo esencialmente
con la naturaleza del Sol, y por consiguiente, ayuda a dignificarlo y fortalecerlo.
El efecto de la femenina Luna sobre las olas de la Tierra muestra su afinidad
inherente al agua, que la lleva a un acuerdo esencial con el femenino y acuoso
signo de Cáncer. Es por esto que Cáncer es su "domicilio" y es cuando está
más fuerte y más dignificada.
La nota-clave del Sol es "vida" y la de la Luna es "fecundación", El germen
de vida que llega del Sol es plantado y regado por la Luna que regula el período
de la gestación y hace nacer todas las cosas. Saturno es el planeta de la
obstrucción y del decaimiento, el segador de férrea guadaña que corta la vida dada
por el Sol y alimentada por la Luna, cuando su reloj de arena señala la hora en
la que los frutos de la experiencia de la vida están maduros y prontos para ser cosechados.
Es así que es el planeta de la muerte y se mueve en una órbita por la
parte periférica del sistema solar, que limita el Caos, donde todas las cosas se
disuelven y se transforman en materias más y más finas por alquimia espiritual.
Por consiguiente, Saturno está en esencia de acuerdo con Capricornio y
Acuario, signos que el Sol ocupa durante los meses fríos del invierno, diciembre y
enero. Cuando se halla colocado en estos signos su mano fría y áspera se hace
sentir como una fuerza poderosa que destruye la vida y la alegría, envolviendo la
vida con el manto de la tristeza y el pesar de la muerte.
Entre las órbitas del Sol y de Saturno se encuentran las de los otros planetas
y cuando estos son dispuestos en orden según su distancia del Sol, con los
signos del Zodíaco colocados de modo que Leo y Cáncer estén en el centro con
sus regentes, el Sol, la Luna y los signos de Saturno, es decir, Capricornio y Acuario,
uno en cada lado, aparece que:
Júpiter, cuya órbita está dentro de la de Saturno, regula los dos signos cercanos
a Saturno, es decir, Sagitario y Piscis; que:
Marte tiene su órbita dentro de la de Júpiter y por lo tanto regula los dos
signos cercanos a Júpiter, esto es, Aries y Escorpión; que:
Venus penetra con su órbita en la de Marte, por esto está dignificado en los
signos cercanos a Marte, a saber: Tauro y Libra, y que:
Mercurio, el más cercano al Sol, regenta los signos entre Venus y el Sol o
sean, Géminis y Virgo (véase "Exaltación".)

***

del libro "Astrología Científica Simplificada", de Max Heindel

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