jueves, 25 de marzo de 2010

Triplicidad

Triplicidad

Los signos del Zodíaco están agrupados en diversos sentidos para indicar
ciertas de sus cualidades. Un método los segrega en cuatro grupos de tres signos
cada uno y cada uno de tales grupos tiene similar afinidad con cada uno de los
cuatro elementos. En consecuencia de esta división, Aries, Leo y Sagitario son de
"fuego". Tauro, Virgo y Capricornio, corresponden al elemento "tierra". Géminis,
Libra y Acuario al del "aire" y Cáncer, Escorpión y Piscis son afines con el cuarto
elemento, el "agua". Estos cuatro grupos constituyen las cuatro triplicidades.
La triplicidad de "fuego" tiene cúspide en el ángulo oriental, Aries, donde el
fuego creador comienza a producir un cuerpo para que el espíritu funcione en el
mundo físico. El segundo ángulo de esta trinidad está en la quinta casa, lo cual
denota la manera en la que la fuerza creadora será utilizada para la procreación
en el plano físico. Es, por lo tanto, la casa de los hijos que está ocupada por el
signo de fuego, Leo. La línea de fuerza que corre del ángulo oriental en la otra dirección
indica el uso que en la mente tiene la parte correspondiente de esta fuerza
creadora y se halla ocupada, consiguientemente, por el signo de fuego de Sagitario
y colocado en la casa novena que por tal razón denota la mente superior.
La triplicidad de "tierra" tiene su salida, su cúspide, en el signo cardinal
Capricornio, que corresponde a la décima casa y denota el alrededor ambiente, la
profesión y las relaciones sociales de la persona y como esta triplicidad es terrestre
se relaciona enteramente con los negocios materiales del nativo. Por lo tanto,
una línea de fuerza va desde la sexta casa que está bajo el signo Virgo, que es un
signo mercantil y de negocios, de aquí que esta casa denote el servicio que es
fácil que la tal persona realice en el mundo. Considerando que esta actuación depende
por igual de la salud corporal como de la capacidad mental, esta casa es
también la casa de las enfermedades. La otra línea de fuerza procede desde Capricornio
hasta el tercer signo de la triplicidad de tierra e indica los emolumentos
que recibirá por tales servicios efectuados con arreglo a la sexta casa y en la capacidad
señalada por la casa décima. Así, pues, la segunda casa regida por el
signo de Tauro es la casa de las finanzas y como la libertad de acción del hombre
depende hasta cierto punto del estado de sus medios económicos, esta casa se
llama también la casa de la libertad.
La cúspide de la triplicidad de "aire" está en el ángulo occidental ocupado
por el signo cardinal Libra, que a su vez se halla gobernado por el planeta del
amor, Venus. Esta triplicidad está, pues, relacionada con las posibles diferentes
uniones en la vida humana. La casa séptima, en la que sale, denota propiamente
la más íntima de todas estas uniones posibles, es decir, el matrimonio. De tal
unión resultan otras relaciones y, por lo tanto, una línea de fuerza va de la casa
séptima a la tercera que está ocupada por el signo de Géminis, los gemelos. Esta
casa denota, asimismo, los hermanos y hermanas. La otra línea de tuerza conecta
la séptima casa con la undécima y significa las uniones amistosas.
La triplicidad de "agua" tiene su elevación en el ángulo Norte que está ocupado
por el signo cardinal Cáncer y es la casa del misterio indicando la última parte
de la vida, el punto en el que el espíritu se está preparando por sí solo para salir
de la tase humana de existencia y empezar otra vez sus actividades en los mundos
espirituales. Por consiguiente, está conectada con la casa octava, la casa de
la muerte, que está ocupada por el signo de Escorpión. Es significativo en el más
alto grado que esta es la casa negativa de Marte y que este gobierna los órganos
creadores. Señala de una manera, la más terminante, la inestabilidad de todo lo
creado en el mundo físico. La otra línea de fuerza procede desde la cuarta casa a
la duodécima, que está ocupada por el signo de los peces, Piscis. Éste signo, cuyo
símbolo se compone de dos semicírculos unidos por una banca, muestra muy
bien la dualidad de la naturaleza del hombre que a la vez que corre su aventura en
el mundo físico, tiene otra evolución en los planos invisibles. Esta casa, pues, denota
la clausura en la cual el espíritu realiza lo que está al final de la vida, el dolor
que siente y la inactividad a que algunas veces se ve sometido.

***

del libro "Astrología Científica Simplificada", de Max Heindel

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