jueves, 25 de marzo de 2010

Recepción

Recepción

Dos planetas se hallan en "recepción mutua" cuando cada uno de ellos
ocupa la casa regida por el otro, como por ejemplo, Venus en Aries y Marte en
Tauro. El efecto de esto depende de la afinidad entre la naturaleza de los planetas.
Cuando Marte está en los signos mercuriales Géminis o Virgo, y Mercurio en
los marcianos Aries o Escorpión, la energía dinámica de Marte se infunde en la
organización mental de la persona en cuestión que debido a ello se hace mentalmente
más viva. Respecto a la forma en que esta agudeza mental se manifieste,
ya sea equivocada o acertadamente, depende, como es natural, de los aspectos,
pues todo lo que hace la "recepción mutua" es prestar energía. Si Saturno está
en los signos mercuriales, Géminis o Virgo, y Mercurio en los saturninos Capricornio
o Acuario, la mano restrictiva de Saturno caerá sobre el alado Mercurio dando
por resultado que la mente gana en profundidad y poder de concentración, pero
respecto a si esta capacidad mental sea usada en bien o en mal depende en los
aspectos como en el caso de Marte. Cuando Venus y Júpiter se hallan en "recepción
mutua" y bien aspectados suavizan el camino de la vida lo más maravillosamente.
La persona que tenga tal configuración encontrará por todas partes a las
gentes dispuestas a servirle y tendrá muchos amigos y por el contrario cuando
Saturno y Marte se hallan en "recepción mutua" y afligidos aquel que sea tan desgraciado
que tenga esos aspectos hallará por todas partes contrariedades y enemistades
a cada paso.
No obstante, debe tenerse presente que "nuestros horóscopos señalan
lo que hemos cultivado por nosotros mismos en vidas pasadas" y que aquel
que tiene la configuración de atraer amigos, debe haber sido bondadoso y atento,
a la vez que el que se ve repelido de todas partes habrá sido egoísta y enemigo
de sus relaciones. Pero si este se esfuerza en volver sobre, sus pasos y hace sacrificios
por sus semejantes, también él dominará sus aspectos indeseables, pues
los Ángeles Estelares no son tan malignos como para hostigar a ninguno en ningún
momento. Ellos solamente flagelan con el propósito de subyugar y corregir
nuestras faltas y hacernos mejores en definitiva.
Algún día todos los hombres serán amantes y amorosos y entonces no
habrá para ninguno de ellos influencias maléficas. Roguemos porque llegue pronto
esta fase de la evolución.

***

del libro "Astrología Científica Simplificada", de Max Heindel

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