jueves, 25 de marzo de 2010

Planetas

Planetas

Son los cuerpos celestiales de los Embajadores de Dios que circundan o giran
alrededor del Sol.
Al igual que el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios, que es
triple en su manifestación, así también y astrológicamente, el yo superior en el
hombre se representa por un círculo con un punto central denotando el aspecto
más elevado espiritual, el Espíritu Divino, cuyo atributo es Voluntad. Por lo tanto,
el SOL, representa en el horóscopo como la expresión más elevada del yo individual,
y denota la influencia positiva de la marcha del hombre y su carácter en el
sentido más elevado de la palabra.
El símbolo del planeta VENUS es un círculo sobre la cruz. Indica una sabiduría
que no es meramente intelectual, sino más bien Intuición e Imaginación. De
aquí que la naturaleza de Venus sea esencialmente de amor y como la cohesiva
influencia de la vida por la cual somos atraídos a los otros para mutuos beneficios,
aunque Venus por sí mismo no se concierne con ningún beneficio mutuo, siendo
de su naturaleza el atraer a los demás y el bien que viene por él es solamente un
accidente.
El planeta JÚPITER está simbolizado por un semicírculo sobre la cruz, lo
cual significa el espíritu humano cuya facultad es el pensamiento abstracto. Así,
pues, el planeta Júpiter representa la mente superior, la mente que se refiere a las
cosas materiales y se expresa a sí misma en pensamiento abstracto, como religión,
filosofía y las ciencias elevadas.
MARTE es el opuesto a Venus. Está simbolizado por la cruz sobre el círculo,
así que mientras la naturaleza de Venus es el amor abnegado y para darse a
los demás, la naturaleza de Marte es la de un deseo con fines egoístas. Denota,
por consiguiente, toda la violenta energía de la naturaleza inferior, el cuerpo de
deseos, el aspecto pasional y emocional del hombre que le obliga a hacer su trabajo
externo en el mundo para dominar los obstáculos y reunir experiencia.
SATURNO es el opuesto a Júpiter, o sea, la cruz de la materia encima del
semicírculo, que denota la mente cerebral. Esto es lo que presta persistencia a los
impulsos de Marte y simboliza la parte permanente relativa de la naturaleza inferior,
o sea, lo que se ha comprobado y visto es de utilidad. Es, por lo tanto, símbolo
de los átomos simientes, de los vehículos inferiores del hombre donde se almacenan
las experiencias de todas las vidas pasadas. De aquí que Saturno denote la
habilidad mecánica, la castidad y la justicia, la perseverancia y las adquisiciones
materiales que han sido transmutadas en virtudes por medio de su influencia purgatorial.
Actúa como el recolector de las cosas que se han sembrado en nuestro
cuerpo, y como tal aparece a menudo en la vida para castigarnos por los entuertos
que hemos hecho, no vandalísticamente, sino con la idea de que podamos aprender
las lecciones necesarias para obrar a conciencia. La Luna es la refracción del
Sol. Ambos en unión con el Ascendente denotan la formación del cuerpo físico,
siendo la Luna en cierto sentido el símbolo del cuerpo vital y el Ascendente el del
cuerpo denso. Por consiguiente, estos dos elementos expresan las herramientas
que el hombre tiene a su disposición para actuar, la parte más perfecta de su naturaleza,
pero al mismo tiempo la más inestable. La Luna es, pues, completa antítesis
del Sol. Éste es una estrella fija, mientras que la Luna es la más voluble de los
cuerpos celestiales. Los planetas últimamente nombrados son los indicadores de
la naturaleza inferior del hombre, la personalidad, en oposición a la individualidad
simbolizada por los tres planetas nombrados en primer lugar, y estos dos triángulos
se hallan conectados por el planeta que significa la concretamente inferior, es
decir, MERCURIO. El símbolo de este planeta comprende en él todos los tres
constituyentes del simbolismo planetario, el círculo, el semicírculo y la cruz, indi
cando con ello que no posee una naturaleza propia, sino que es un vehículo para
la expresión de los otros planetas.
Cuando Mercurio se halla bien dispuesto con referencia a Venus, tenemos
al tipo mental del artista, poeta, músico o literario, pues es de Venus de donde vienen
las vibraciones para todas las expresiones del Arte.
Cuando Mercurio se halla bien colocado con relación a Júpiter, nos encontramos
con el hombre de mente filosófica y científica. Además, se le considera
como regente del legislador tanto en la Iglesia como en el Estado; uno que actúa
para el bien común.
Cuando Mercurio se encuentra bien situado con respecto a Marte, tenemos
el hombre de acción; el hombre que anhela el progreso de las actividades materiales
del mundo, bien en grande o en pequeña escala, que puede manifestarse lo
mismo como un tendero que como un almacenista y lo mismo en todos los demás
aspectos que se explotan para beneficio personal, pues Marte, como ya se ha dicho,
es la antítesis de Venus y la incorporación de los deseos egoístas.
Mercurio en aspecto con la Luna no tiene significado, pues la Luna por sí
misma es un reflector, excepto en los casos en que un aspecto adverso viene de
un signo cardinal o de elevación. Entonces puede producir la locura.
En los párrafos anteriores solo hemos relatado las naturalezas esenciales
de los planetas. Cuando están bien aspectados por otro planeta, estas características
naturales se alteran en cuanto se concierne con los planetas benéficos; pero
cuando intervienen en el aspecto planetas maléficos, la naturaleza de Venus, que
es sabiduría, amor y ritmo, puede convertirse en locura, libertinaje y pereza; la filosofía,
unas tendencias de salirse y vivir al margen de la ley; la misericordia y aspiraciones
tiernas de Júpiter, pueden cambiarse en desorden, desconsideración
hacia los demás y propósitos bajos; la elevada espiritualidad del Sol se puede expresar
como un espíritu de bestialismo y sin tener en cuenta más que la salud física.
En cuanto a los planetas de naturaleza inferior, los buenos aspectos de Marte
se convierten en deseos hacia cosas constructivas y en actividades bien reguladas,
mientras que los aspectos adversos pueden ser responsables por la expresión
destructora de la naturaleza de deseos. Saturno cuando está bien aspectado
proporciona habilidad para la mecánica y una condición que puede ser capaz de
controlar o dirigir la naturaleza de deseos. Indica al hombre sesudo, perseverante,
capaz de hacer frente y dominar los obstáculos materiales; el organizador y el
promotor, el investigador científico que actúa en lo que concierne a las líneas materiales.
Como se sabe que es la antítesis de Júpiter, cuando está bien aspectado,
se muestra como el filósofo de alta y elevada mentalidad, el legislador de mérito y
práctico, el sacerdote sincero y ardiente, todos, en fin, que acarician anhelos y aspiraciones
superiores y delicadas, entretanto Saturno, cuando está mal aspectado,
denota una mente estrecha, el sectario fanático, el materialista, el anarquista y
enemigo de la sociedad, ya sea de la Iglesia o del Estado. Como Júpiter nos da la
persona de mente benévola, expansiva y elevada, así Saturno, cuando tiene aspectos
adversos, produce tendencias sarcásticas, intratables y estrechas.
Además de los siete planetas ya mencionados hay dos más en nuestro sistema
que se llaman Urano y Neptuno.
Puede decirse que URANO, que es la octava de Venus, porque es de su
misma naturaleza en un grado mucho más sutil, pues sus atracciones son tan es
pirituales que no pueden ser sentidas por el hombre ordinario en una manera
apropiada, siendo por eso que este más bien responde al lado adverso de Urano.
Éste es el planeta que rige el éter y cuando está en aspecto con Mercurio, o con el
Ascendente, o con la Luna, produce una afinidad con la fuerza que conocemos
como electricidad. Sus operaciones son siempre muy precipitadas o bien imprevistas,
y como la humanidad responde a su lado adverso o negativo, como acabamos
de decir, estos efectos siempre se manifiestan particularmente en forma violenta o
de desastres.
NEPTUNO, a su vez, es la octava de Mercurio y al igual que este es el portador
de luz para el Sol físico, así Neptuno es el portador de la luz del Sol espiritual,
llamado Vulcano entre los ocultistas, el cual es visible detrás del visible Sol.
Por todo esto, como es natural, hay todavía muy poco de la humanidad capaces
en absoluto de poder ser afectados por él, salvo que produce un estado caótico
mental cuando se halla colocado en aspectos contrarios.
Cuando se halla situado en los ángulos y especialmente en elevaciones
cerca del Mediocielo, produce ocultistas y místicos de temperamento superior, pero
en cambio, cuando se encuentra en casas bajas produce la mediumnidad en el
mejor de los casos, pues a menudo causa la locura. Este planeta es la cuerda más
elevada en la lira del alma de Dios y como es lógico, la menos empleada y la que
más pronto se desafina. Los astrólogos son los que están influenciados por él y los
músicos que tocan instrumentos de cuerda.

***

del libro "Astrología Científica Simplificada", de Max Heindel

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